Desde el Instituto Neuropsiquiátrico Nicolás de Achúcarro, más tarde Hospital Psiquiátrico de Zamudio, su director, el Dr. Victor Beramendi, inició una apuesta decidida por sacar los servicios de Rehabilitación del Trastorno Mental a la comunidad. A los Hospitales de Día de Zamudio, Munguia y Bilbao que disponía el Hospital se unió una iniciativa social que propició la dirección del Centro. El objetivo claro era hacer menor la distancia que separa al enfermo de la sociedad. Desde la Dirección del Centro se inició el contacto con diferentes agentes sociales para tratar de poner en marcha recursos sanitarios y sociales a un tiempo y en un medio cercano al propio paciente.
Fruto de esa iniciativa ha sido en la década de 1990, la creación de distintas Fundaciones en favor de la inserción normal en la sociedad de las personas con problemas psíquicos. Junto a la Fundación Argia, hospital de día para tratamiento del trastorno mental grave y a la Fundación Eragintza para la promoción de la inserción sociolaboral de las personas con trastorno mental, el Dr Beramendi puso en marcha la Fundación Diper, en favor de la recuperación de la Dignidad Personal para la atención de todas aquellas personas que se sintieran menoscabadas en su dignidad personal por motivos de enfermedad, marginación, pobreza o cualquiera otra causa.
Juntos el Director de Zamudio y la importante iniciativa social que generó su impulso, han dado lugar a avances significativos en la inserción normal en la sociedad de un importante segmento de la sociedad aquejado de un trastorno mental. Ya sea con la colaboración de entidades religiosas, como la Comunidad de Hermanos Trinitarios en Algorta en el caso de la Fundación Argia, o con influyentes personalidades individuales o jurídicas en Bilbao, como en el caso de la Fundación Eragintza, la corriente emanada desde el Instituto Neuropsiquiatrico Nicolás Achúcarro ha creado un modo de actuación y un ejemplo de atención a las personas con problemas psíquicos que constituyen hoy un ejemplo en la asistencia psiquiátrica que es seguido por muchos equipos asistenciales.
La Fundación Diper se ha dedicado los últimos años a proveer de estos servicios de atención a las personas con trastornos mentales y en situación de menoscabo de la dignidad personal, en los países en vías de desarrollo y necesitados de colaboración. Panamá, Guatemala, Colombia, Perú, India y África (en especial Tanzania y la República Democrática del Congo) son los escenarios de la acción de la Fundación.